General 23-12-2012
Enviado por Pajarito el 18-01-2013
Tras tomarnos la mañana de descanso... Kira y yo nos preparamos para dar una pequeña vuelta de tarde por el coto.
Recibo un mensaje de mi primo Juan Carlos diciendome que viene de Cáceres y le quedan pocos minutos para llegar a Granada... Asique decido esperarle y así dar la vuelta juntos.
Veo como pasan los minutos y mi primo que no aparece... No vamos a tener mucho tiempo para patear campo, pero no pasa nada.
Por fin llega y sin perder tiempo, nos vamos al coto.
Son aproximadamente las cinco y media y nos disponemos a dar los manchoncillos en busca de las perdices.
Vamos a paso ligero por el monte para andar lo máximo posible. Tras dar varios montecillos no vemos perdices ni palomas...
Decido entonces ir a los olivillos pequeños donde siempre está el bando de perdices... Está un poco lejos del coche pero hay que intentarlo.
Nada mas entrar la perra se calienta mucho... Le digo a mi primo que es fácil que estén en la parte alta de los olivillos y no me equivoco... Pasamos dos olivos y ¡¡PRRRRRR!! Se arranca la perdiz algo larga sin darme tiempo a encarar... ¡¡Lo ves Juanca!! ¡¡Aquí siempre hay perdices!!
Vamos bajando en Zig-Zag entre los olivos... Es muy mala la estrategia ya que, si las volamos, seguramente se crucen al coto colindante... Pero como vamos a contrareloj... No podemos demorarnos mucho.
Andamos pocos metros cuando veo dos pájaros a peón... Se lo digo a mi primo cuando levantan el vuelo a decenas de metros!! ¡¡Estas perdices no hay Dios que las enganche!!
Antes de llegar a la parte baja de los olivos... Vemos como un cazador se pasea por la parte alta que tenemos enfrente... No se mete en los olivos y puede que nos eche las perdices...
Poco tardar en tirar tres tiros...
Es hora de subir... El desnivel es considerable y hay que darse prisa por que está anocheciendo.
LLegamos a la mitad del repecho y hacemos una pequeña parada para descansar las piernas... La perra de pronto se calienta... Está en el otro coto mientras nosotros esperamos pacientes en la misma linde por si nos vuela alguna.
Kira está muy segura de que por allí se ha movido algo cuando de nuevo ¡¡PRRRRRR!! Se arranca el pájaro muy largo y ha bastantes metros de la perra...
Con más cansancio que ganas continuamos subiendo el repecho de olivos.
Por fin llegamos arriba y es de nuevo otra perdiz, también larga, la que rompe el silencio descolgandose hacia el coto vecino...
Decidimos ir hacia el coche... No sin antes abatir en el camino un zorzal y asomarnos sin éxito en un barranco muy querencioso.
Una tarde corta pero intensa la que hemos pasado en compañía de mi primo Juan Carlos... Que no duda en patear campo después de un largo viaje.
Yo despido ya la temporada general ya que, en breve me subiré a Cáceres a pasar las navidades allí. Un cierre de temporada muy malo el que hemos tenido pero nos quedamos con el buen rato que hemos pasado en el campo.
Video:
No hay comentarios